La oración: una necesidad poco reconocida, una necesidad poco suplida, poco atendida, por ignorancia, por incredulidad, por flojera, por descuido, por autosuficiencia, etc.
La parábola del Señor va de un juez injusto que no quería atender el caso de una mujer viuda...
En este ejemplo tenemos representado el mundo en el que vivimos donde la injusticia es la constante en todos los extractos sociales y de una u otra manera todos terminamos siendo victimas de esa injusticia propia del egoísmo y la maldad que impera en nuestras sociedades,
La oración es el único medio que nos lleva a la presencia del Juez de jueces, el único verdaderamente justo, el único que conoce todos los hechos, el único que tiene todo el poder para cambiar las situaciones, el único que además de justicia muestra compasión y actúa por puro amor.
¿Quién nos hará justicia?¿quién nos devolverá lo que se nos ha robado?¿quién nos restaurará?¿quién sanará el corazón, las emociones?¿quién renovará nuestras fuerzas cuando estamos desmotivados?¿quién levantará nuestras cabezas de en medio de la vergüenza?¿quién nos tratará como a hijos y no como a extraños?¿quién nos recibirá a cualquier hora del día y de la noche?¿quién enjugará todas nuestras lágrimas?¿quién nos dará esperanzas y confianza?¿quién nos asegura que todo estará bien al final?
Solo hay UNO y se llega a EL mediante la oración en el Nombre de Jesús y por fe en la obra de la cruz.
Dijo Jesús: "Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá."
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