DEVOCIONALES Y PENSAMIENTOS

miércoles, 21 de enero de 2015

LOS EFECTOS DE DEJAR DE MIRAR AL SEÑOR

En el Salmo 73 tenemos el testimonio de un hermano llamado Asaf, el cual cometió el error de quitar sus ojos del Señor.

La Palabra nos manda andar con los ojos puestos en Jesús, sin mirar a los lados y mucho menos para atrás, cuando corremos es muy peligroso ir mirando a los lados y mirar para atrás es caída segura.

Asaf estaba pasando por algunos problemas, aparentemente económicos, tal vez perdió su trabajo o lo que ganaba no era suficiente para cubrir las necesidades de su familia, él era un hombre temeroso de Dios y nunca había querido hacer las cosas mal, siempre había trabajado honradamente y con esfuerzo, nunca recurrió al robo, a la estafa o el fraude; pero al final solo tenía un pasar muy ajustado y muchas necesidades acumulándose.

Tal vez esta es la situación que viven muchos hijos de Dios hoy en día, mucho trabajo, mucho esfuerzo, pocos resultados, un pasar escaso y muchas necesidades pendientes, oramos pero parece que la provisión llega a cuenta gotas, siempre lo justo, siempre para ir cubriendo lo más urgente, así la vida muchas veces se vuelve muy difícil.

Volviendo al pobre de Asaf, mientras él miraba al Señor podía sobrellevar las necesidades, a pesar del trabajo duro y poco rentable era feliz, aunque había muchas necesidades en la familia el amor lo suplía todo y siempre había un clima de gratitud y calidez en el hogar. Un día Satanás llenó su mente con negatividad y pesimismo, en esa situación el comete el error más común que solemos cometer los humanos, "dejó de mirar al Señor",

Cuando el dejó de mirar al Señor inmediatamente comenzó a mirar a los lados y justo ahí había un vecino que estaba metido en cosas raras, tenía fama de ser un poco sinvergüenza, trabajaba poco y ganaba mucho, tal vez prestamista o vendedor de alguna sustancia prohibida, lo cierto es que aquel vecino tenía la mejor casa de la calle, se pavoneaba de tener buenos y varios coches, fiestas continuas, lujos, viajes y parecía que todo lo que se proponía lo conseguía con facilidad, así que el hombre tenía una actitud arrogante y auto suficiente, sumado a esto sus hijos estaban saludables y asistían al mejor colegio de la zona, además eran jugadores del mejor equipo de fútbol de la ciudad, De Dios nada, ese hombre "no necesitaba a Dios" ni le temía, tal vez ni creía que hubiera Dios, tampoco le importaban sus semejantes, solo se importaba él, era un hombre "moderno".

El pobre Asaf quitó sus ojos del Señor y los puso en ese vecino y le hizo mal, perdió la perspectiva, se dejó llevar por el materialismo y por la vanidad de las riquezas y los placeres que esta proporciona, perdió de vista lo más importante y entró en un diálogo mental que está narrado en ese Salmo 73.

Siempre que quitemos nuestros ojos de Cristo, empezaremos a mirar lo que no conviene y nos haremos daño a nosotros mismos, le pasó a David, le pasó a Lot, le pasó a Judas, les ha pasado a la mayoría de los creyentes en algún momento de su vida.

Por fin Asaf hizo lo que tenemos que hacer cuando Satanás nos empieza a comer el coco, fue a la presencia de Dios y ahí volvió a tomar la postura y la perspectiva correcta, en la presencia de Dios se liberó de toda esa mentira, amargura y decepción que le habían llenado y comprendió que la vida aquí es muy corta y que lo más importante está en la eternidad y como Jesús contó en la historia del rico y Lazaro (Lucas 19) al final los impío recibirán su castigo, y los justos su recompensa...


No hay comentarios:

Publicar un comentario

SI TE HA SIDO DE AYUDA, DEJA TU COMENTARIO
SI NO TE HA GUSTADO, DEJA TU SUGERENCIA, GRACIAS.